domingo, 10 de enero de 2021

Live action: Bleach (Shinsuke Sato, 2018)


Al igual que Full Metal Alchemist o la película americana de Death Note, Bleach es un producto de consumo de Netflix. Así que se puede tomar tan en serio como las películas mencionadas al principio. A pesar de esto, la adaptación a 'carne y hueso' del manga y anime del mismo titulo se me hizo muy rescatable y con una muy buena factura a nivel de efectos especiales. Y esto independientemente de la empresa que esta detrás (Warner). Aquí nadie me puede argumentar que el cgi es chocante de ver porque si lo hacen lo que verán chocar es mi puño contra su cara.

El problema de esta película es mas estructural. Siempre he visto o mejor dicho, leído esta serie como una mas de los clásicos espadachines japoneses llevado a un escenario moderno. Los shinigamis, concepto de la mitología nipona y que todo aquel que haya leído Death Note tiene un master, pues son mas personajes con espadas y niveles de poder.

A esa altura, el live action se deja llevar por el propio concepto del entrenamiento como principio ancestral japones (sin olvidar los conceptos shonnen de la superación y la amistad). Lo malo es que los vínculos son demasiado particulares entre el protagonista, Ichigo, y el de Rukia. Todo lo demás es relativo para quienes sabemos, visto o leído previamente la obra.


Es así como los personajes que intervienen fuera de los dos protagonistas mencionados son casi como rellenos (o simplemente pasados por el arco del triunfo, ¡¿Donde está Kon?!). Y no creo que entiendas su relación dentro de la historia o con el propio protagonista si has visto exclusivamente esta película. El live action centraliza -regularmente-, lo necesario para que tenga sentido la historia que ellos quieren contar. Por eso el arranque de inicio es el flashback de la muerte de la madre de Ichigo. Lo que en el manga cobra importancia unos treinta capítulos después presentados todos los personajes, en la película de acción real se usa como punto de inflexión previo a la regular pelea final.

Entre otros detalles, si bien el uso de efectos es muy superior al promedio de películas netamente japonesas, también es muy poco creíble que el escenario del desenlace sea un centro tan urbano y que no haya ni una mosca alrededor. Peor aun por todo el despelote que se arma. A pesar de esto la adaptacion cumple con ser entretenida y ¿necesariamente resumida?. No sé si los fans hardcore de la serie piensen igual (ni siquiera sé si la serie tendrá fans, je), pero por lo menos los personajes usan pocas pelucas a diferencia de FMA. Lo que si tienen en común con la de los alquimistas es que al igual que su película, o la de Death Note, el final es uno abierto como para posibles secuelas. Cosa que nunca va a pasar. ¿Algún día Netflix?

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