lunes, 5 de octubre de 2020

Primeras impresiones Otoño 2020: 100-Man no Inochi no Ue ni Ore wa Tatteiru (Maho Film)


Tengo un millón de vidas o I'm Standing on a Million Lives en su titulo en ingles, lo mejor de la serie es sin duda el nada irónico titulo del capitulo 1 (Héroes ineptos).

Lo que comienza con el que suponemos es el prota de la serie matando mostritos es otro Isekai que parece que no se acaban nunca. Tampoco deja los mismos prototipos o las mismas intenciones pa' generar fanservice: el prota tiene dos acompañantes mujeres desde el inicio. Una es una rubia que parece que es la lista del grupo (parece); la otra es medio timidona (o sea la moe); y al final el protagonista que de la nada va a parar a otro mundo lleno de magia, fantasía y mostritos. Ya a la mitad de la serie se nos dice que el grupo en total son diez (¿se alcanzaran a mostrar todos los personajes en la adaptación animada?)

Otro cliché es la ironía de la historia. Dejando a un lado que desde el inicio sabemos que el prota se siente mejor en ese mundo que el real como el 99.99% de protagonistas de los Isekais (y otakus), el asunto en esta serie no se trata de un héroe marginado y engañado por una pendeja rubia sino que para empeorar las cosas le toca el rol de ser el campesino del grupo (y ya sabemos que los campesinos solo sirven en las pandemias). 

Así que dentro de sus nulas habilidades tanto en el mundo real como en virtual, tiene que salvar a sus dos compañeras que no son gran ayuda. Y aqui es lo que siempre me genera sentimientos encontrados en este tipo de planteamientos. Se supone que como el tipo es gamer puede desenvolverse en ese mundo virtual...

Por supuesto, en este tipo de historias lo mas complicado es ser original. Muestra de ello es que la gran regla del juego es que si el grupo muere, sus integrantes pierden la vida pero en la realidad (esto yo lo tomo mas como un bluf difícil de cumplir intentando darle seriedad algo que no necesita). Al mismo tiempo todos los personajes son conscientes de que lo real es lo virtual y que no hay que cuestionarse nada sino cumplir las misiones del juego impuestas por un personaje que para no tener cerebro (no tiene la mitad de la cabeza) parece el mas listo de la serie. 

Finalmente, hay una especie de misterio con relación al origen de la rubia y su parada inicial al mundo de juego. No se porque se me vino a la mente Mirai Nikki y todo el trauma de las explicaciones espacio temporales que tiene el final; igual también ese hombre sin cerebro funciona como el dios del tiempo y se le puede hacer preguntas por cada misión cumplida. Mi imagino que alguna importancia debe tener. El capitulo de arranque termina con el prota con un arranque de decisión diciéndose lo mismo que al inicio: "mejor que la pocilga de Tokio". El hecho de que no tengas amigos no significa que el problema sea tu alrededor sino tú. Por ese simple concepto, el anime arrancó con poco interés para mi. 

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