A mi me llegó en su momento. No se ahora ya que siempre la tengo pendiente, a mas de siete años de su estreno, para poder darle una revisión y ver si realmente es lo que es o fue una primera impresión que hizo que me obnubilara ante su oscuridad.
Lo cierto es que antes que volver a verla (porque realmente pienso hacerlo... algún día), me he leído su manga. Exactamente, los 11 tomos que la componen. No lo vi necesario hacerlo desde el principio de la historia sino que la cogí desde el final de su adaptación animada hacia adelante.
Lamentablemente, la lectura ha generado sentimientos encontrados en mi. Por un lado mientras partes desde el final abiertamente inconcluso del anime tan bizarro y lleno de imágenes aleatorias si no mal recuerdo, el transcurrir de este cierre en el manga se siente que se estira como un chicle en situaciones repetitivas. El prota de la historia no avanza ni retrocede tal cual, sino mas bien se confunde entre la psicosis de sus dos acompañantes que al final una termina siendo mas toxica que la otra (aclarando que la peor es quien menos uno piensa). Aquí la victima es Takao.
El acto clímax de lo que seria el segundo acto del manga, aparentemente llama la atención por ser algo extremo y que deja la duda si estamos ante un cierre para el recuerdo donde las intenciones del autor es que nadie puede resultar salvado en esta historia. Increíblemente, este pequeño blofeo de auto exterminio mutuo solo simboliza la gran oportunidad que tiene el protagonista para un cambio en su vida. Pero en Aku no hana la idea de la vida se limita al pueblo, y no hay vida mas allá de las montañas. Ese pequeño deseo se hace realidad y el autor nos traslada a un nuevo escenario en donde el trio ha sido separado.
Pero como dirían los abuelos de la casa, "todo da vueltas en esta vida". Efectivamente, las intenciones de esta nueva etapa que llamaré el tercer acto es la de intercambiar los roles. Porque al final eso es lo que han estado interpretando los personajes de esta historia, roles de la vida.
Takao se encuentra ahora con una nueva compañera a la cual tendrá que sacarle su verdadero "yo". Con una imágenes impresionantes a la hora de graficar el escenario, la apatía de uno es la falsedad de la otra. Aqui podemos hacer un parentesis ya que por mas que los colegios sean distintos de lo que mas se habla alrededor de Takao es de sexo. Los adolescentes son pervertidos por naturaleza. Cierro paréntesis. Entonces, cuando los dos se interesan mutuamente hacen match y tenemos de por medio un shoujo de lo mas oscuro y perturbador en donde el hilo rojo son los libros. Takao saca a la Nakamura que lleva dentro. Y la nueva amiga se convierte en el Takao del pueblito de las montañas. Esto se acentua fisicamente ya que el nuevo novio de la olvidada Saeki se parece sospechosamente a Takao; mientras que la nueva amiga de Takao tiene un ventarrón a Nakamura con treinta centímetros de diferencia.
Las flores del mal que llevan cada uno dentro de ellos son permanentes. Si no afloran te consumen. Pero es imposible en esta historia que el trauma se libere y mucho menos se cure solo. Aku no hana te invita hacer terapia grupal (donde al final todos ríen luego de sacar sus mierdas personales). Cada uno es victima del otro (sin olvidar los daños colaterales en las familias de los personajes). Pero podemos sospechar que en sus vidas apáticas y conformistas, llenas de trabajo y familia (¿?), son felices.
Finalmente, el mangaka hace un final del final. Y nos muestra, quizás como guiño a los seguidores de la serie, el inicio de la historia pero desde la mirada de la perturbadora Nakamura.
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