¿En serio, la serie sobre el video sexual de Tommy Lee y Pamela Anderson es un discurso (inútil) del feminismo de la ex guardiana de la bahía?
Vamos, pensar que ver a Lily James (a la que ame en la versión más actual de La guerra y la paz) con un hilo en el rabo corriendo por la playa a cámara lenta podría haberme dado la grima más grande del mundo o catapultarla a nivel diosa de mis sueños más húmedos luego de verla vestida de princesa en La Cenicienta, terminó convirtiéndose en un intento tibio de un biopic que surte humor, la toxicidad de una pareja de rockstars y el contexto del los albores de la informática y el Internet (de lejos lo más simpático de la serie) fue realmente decepcionante.
El arranque es interesante; logra darle la vuelta a eso que esperas ver (y lo ves en el capítulo siguiente: las tetas de la James emulando las de la Anderson Wow!!!) por la hilarante situación de ver a un perdedor gringo que mientras ve su vida acabarse en trabajos de mierda escucha los gritos de los dueños de la casa que tiran como si el mundo se fuera acabar.
Mismos que son, nada más y nada menos, la pareja de moda de la época: Tommy Lee y Pamela Anderson. ¿Qué le queda a él? Recordar su pasado como actor porno donde también fracasó.
Si Dios hizo que la rubia canadiense fueran las ubres más grandes de la época, como dicen por ahí siempre hay un roto para un descosido, así que la emparejó con "la verga más grande del hardrock del momento" así que la serie de TV de ambos tiene un tono de regocijo caricaturesco con la caracterización tan duramente bipolar de Sebastian Stan como Tommy Lee (mención aparte el momento fumeke cuando Tommy conversa con su miembro) y la Anderson de Lily James es el tópico rubio de objeto sexualizado por la TV que busca el sueño americano: quiere que ser actriz y no un culo que sale en TV.
Lejos de las drogas o los excesos que uno puede esperar de un típico biopic americano; Pam y Tommy comienza de modo irónico. Tommy es un hijo de puta en todo el sentido de la palabra. Y recibe un castigo, ¿divino?, de manos del fracasado que está remodelando la mansión. El robo es, en sí mismo, una casualidad contada de manera tragicómica desde la mirada del personaje perdedor Rand, comenzando por la planificación de la venganza hasta conseguir distribuidores para la joyita en super 8 y ver como son rechazados para descubrir que hasta los pornógrafos tienen escrúpulos pareciera que el destino se le resiste hasta que, de manera circunstancial (un relato ficcional después de todo) ve la oportunidad en lo que hoy en día es parte de nuestra vida: el Internet. Es curioso que la serie enfoque más profundamente en el pasado de este personaje, pero con cierto sentido, ya que, siempre, estamos ante lo que gira en torno al video sexual y no tanto sobre el pasado (al que hay breves reminiscencias) de los protagonistas de la cinta.
El asunto está en que de ese primer capítulo que nos avizora una serie más light y donde la Pamela Anderson de Lily James solo sería un bizarro enfoque plástico en pantalla, pasamos a la historia de amor, al sexo desenfrenado, el intento de -según ellos- convertir a Pamela Anderson en algo más que un mero objeto sexual o la Barbarella de los noventa, la romantizacion de la maternidad, la virilidad de un rockstar en decadencia o el tema moralista (a la mujer la juzgan y el hombre pasa piola o es venerado por tenerla grande).
Pam y Tommy es una serie de cierto contexto por debajo de la relación de los protagonistas y lo que les pasó: el consumo del porno del VHS a las cámaras web y directo al consumidor en sus PCs a mediados de los noventa.
Repito que encuentras gracioso ver como los protagonistas tienen que ir a una biblioteca para conectarse a Internet y bajar la página con esa lentitud de descarga de los primeros años de la WWW.
No solo eso, sino que toda esa serie de hechos concatenados para que el video se vuelva viral, es fuente de varios artículos periodísticos que inspiraron esta serie y publicados en la Rolling Stones que puedes leer online desde aquí, no solo por quienes fueron los protagonistas del primer sextape de la historia, sino de los hechos previos y posteriores que incluyen la mafia y el propio debate sobre el derecho de la libertad de expresión en que en el típico caso de la sociedad americana se vuelve tema de interés. ¡Primera enmienda, primera enmienda!
Mientras que los protagonistas se ven adelantados por la piratería y los chantajes de las revistas. Se nos dice que lo único que quieren es terminar con todo, en clara ignorancia de la época sobre los límites del Internet, plagado en estos tiempos de virales y porno.
Pero tranquila Pam, fuiste la primera, pero ya no eres la única. Tuvieron que pasar unos años más para que las Kardashians te quiten el lugar y aprender a usar el morbo como modo de vida. No solo la tecnología evoluciona. A veces para bien, pero casi siempre para mal.
Al final, el biopic termina como todos, con lo "que paso después y como terminan los personajes reales". Quizás el más ganador es el nerd del Internet, mientras que de las estrellas vemos sus vidas diluidas y mitificadas por el video, y al buen Rand redimido en la serie y como sembrador de marihuana bocón. Esperemos que le vaya mejor, aunque lo dudo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario